La llanura del Alt Empordà y el pie de la Albera mantienen un mosaico agroforestal en buen estado de conservación, donde se pueden observar algunas de las últimas poblaciones gerundenses de especies escasas y amenazadas, como el aguilucho cenizo, el cernícalo pequeño , el verdugo y la terrera común.
La tortuga mediterránea también es una especie protegida y amenazada en Cataluña, establecida hace miles de años en nuestras tierras y queremos que continúe habiendo. Por eso mantenemos los márgenes de nuestros viñedos vegetados, para que actúen como conectores naturales y la tortuga pueda desplazarse, alimentarse o refugiarse. Y conservamos los muros de piedra, donde se observa el lagarto ocelado con facilidad, muy presente en esta zona.
Para preservar la biodiversidad también hemos construido dos balsas naturalizadas teniendo en cuenta la vegetación propia de las balsas temporarias presentes en la Albera. Este ecosistema facilita el abrevadamiento de la fauna, sobre todo durante los meses de verano y enriquece la presencia de anfibios, pájaros, libélulas, mariposas u otros invertebrados.
Con la instalación de cajas refugio y cajas nido en medio de nuestros viñedos, potenciamos la presencia de murciélagos, unos excelentes aliados en la lucha contra plagas, y de pájaros como el cernícalo pequeño o el arrendajo azul.
Para contribuir a la sensibilización ambiental y mostrar cómo es posible la convivencia de la actividad vitivinícola con la conservación del medio natural y el fomento de la biodiversidad hemos señalizado un itinerario por nuestros viñedos y así mostrar la singularidad de la flora y la fauna que forma parte. Ruta que puede realizarse guiada en días concretos.